Cuando caen los balcones (When the balconies fall)

Por el Dr. Daniel Enrique Butlow

Una vez más, se caen balcones y como siempre los medios y la opinión pública sienten una parálisis conceptual que los obliga a buscar el culpable, para encontrar una justificación de lo injustificable.

Hace muchos años cuando cayó el balcón de Pinamar, escribí el artículo «Un balcón demasiado lejos», que intentaba probar porque motivo la caída de los balcones nos asusta más que la caída de los aviones, y porque causa, tras la caída de un balcón se produce un combate intelectual entre arquitectos, constructores, municipalidades, abogados y periodistas.

Vuelvo a reafirmar algunas de las conclusiones que estimo, siguen vigentes a pesar del cambio de los balcones, del cambio de los tiempos, y de la existencia o no de víctimas.

1º.- Un balcón se cae por deficiencias del proyecto, de la dirección de obra, de la construcción, o del mantenimiento, y en cada caso, el culpable es diferente.

2º.- El pánico colectivo surge – según los especialistas en psicoanálisis- por la cotidianeidad con que la gente se asoma a los balcones. Parece ser, que como en las películas de terror, el miedo es mucho más profundo cuando los hechos suceden en lugares o circunstancias que frecuentamos.

3º.- La ruina jurídica que legislan los Artículos 1.273 y 1.274 del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, poco tiene que ver con la ruina arquitectónica o con el concepto de responsabilidad profesional específica que surge del contrato de obra.

4º.- Los variados plazos de caducidad y prescripción que surgen del nuevo Código Civil y Comercial, sólo se aplican en la relación entre comitente – locador de obra o vendedor – adquirente de la unidad defectuosa y nada tienen que ver con la responsabilidad hacia terceros.

5º.- Las razones de la existencia de las municipalidades centralizando el poder de policía de la construcción y cobrando, incluso, aranceles por ese servicio son las que determinan su responsabilidad en el supuesto de incumplimiento de sus deberes. La apreciación debe cubrir el principio supralegal de razonabilidad.

6º.- Debe olvidarse la obsesión del profesional culpable, por cuanto en nuestro derecho nadie responde por lo que es sino por lo que hizo o debió hacer. Emerge de ello, las diferencias de responsabilidades, en caso de actuación como proyectista, director o constructor, y aún en el supuesto de las diversas tipologías de dirección de obra (dirección común, ejecutiva, por administración o por contratos separados).

A la hora de una tragedia como la ocurrida, o de un pánico colectivo, como el que se está generando, debe diferenciarse claramente, el producto de la razón, del producto de la pasión.

English version

When the balconies fall

By Dr. Daniel Enrique Butlow

Once again, balconies fall and as always the media and public opinion feel a conceptual paralysis that forces them to look for the culprit, to find a justification of the unjustifiable.

Many years ago when the balcony of Pinamar fell, I wrote the article «A balcony too far away», that tried to prove why the fall of the balconies causes us more fright than the fall of the planes, and because it causes, after the fall of a balcony There is an intellectual battle between architects, builders, municipalities, lawyers and journalists.

Again I reaffirm some of the conclusions that I estimate, are still valid despite the change of the balconies, the change of times, and the existence or not of victims.

1º.- A balcony falls down due to deficiencies of the project, construction management, construction, or maintenance, and in each case, the culprit is different.

2º.- The collective panic arises – according to the specialists in psychoanalysis- for the daily life with which people look at the balconies. It seems that, as in horror films, the fear is much deeper when events happen in places or circumstances that we frequent.

3º.- The legal ruin that Articles 1,273 and 1,274 of the new Civil and Commercial Code of the Nation legislate have little to do with the architectural ruin or with the concept of specific professional responsibility arising from the work contract.

4 .- The various expiration and limitation periods that arise from the new Civil and Commercial Code, only apply in the relationship between the principal – building site owner or seller – purchaser of the defective unit and have nothing to do with the responsibility towards third parties.

5º.- The reasons for the existence of the municipalities, centralizing the police power of construction and even charging fees for this service, are what determine their responsibility in the event of non-compliance with their duties. The assessment must cover the supralegal principle of reasonableness.

6º.- We must forget the obsession of the guilty professional, because in our right no one responds for what he is but for what he did or should have done. Emerges from it, the differences of responsibilities, in case of acting as designer, director or builder, and even in the assumption of the different types of work management (common management, executive, administration or separate contracts).

At the time of a tragedy such as the one that occurred, or of a collective panic, like the one that is being generated, the product of reason must be clearly differentiated from the product of passion.

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