Cómo optimizar costos al construir en un barrio cerrado

La construcción en barrios cerrados es tendencia. Quienes se hayan embarcado en este proyecto deberán tener en cuenta ciertas restricciones que hacen a la planificación y a los costos. ¿Cuáles son los rubros en los que es posible ahorrar?

La inflación en Argentina es una fuente de preocupación para muchos sectores, y la construcción no es la excepción a la regla.

Aquellos que estén en la etapa de compra de materiales sufrirán este problema muy de cerca, con precios que muchas veces cambian en cuestión de minutos y que atentan contra el presupuesto inicial.

Es por esto que los especialistas recomiendan el acopio de materiales: “asegura un buen costo de la obra, porque se ‘congela’ la lista de precios y por ende los precios. Muchas veces también se obtienen mejora en el precio por el pago anticipado. O bien también existen planes de financiación en cuotas con tarjeta de crédito o cheques dependiendo el proveedor.” declara Sebastián Fulgueira, Vicepresidente de la constructora Eclosa, que actualmente cuenta con proyectos en Terralagos, San Lucas, en la localidad de Canning, y próximamente en Santa Inés.

No solo se trata de una cuestión meramente financiera, sino operativa: el acopio le permite al constructor el poder planificar y programar el ingreso de materiales, un factor esencial al tener en cuenta en base a los reglamentos de cada barrio cerrado.

Estos barrios pueden presentar limitaciones en jornadas posteriores a dia de lluvia, así como peso máximo a trasladar o bien cantidad de ejes de los vehículos de transporte, así como el ingreso de hormigón y acero y horarios y días específicos -por ejemplo, no se puede trabajar los sábados-.

Fulgueira recalca que “construir en un barrio cerrado es más costoso que hacerlo en un barrio común. Las limitaciones también incluyen prohibición de ingreso para los camiones de hormigón que normalmente puede circular con 8 o 10m3. Esta cifra en los barrios cerrados se restringe a 3 m3, lo que eleva el costo del material, así como el costo de mano de obra, y los tiempos ociosos.”

Desde ECLOSA aseguran que puede ser posible generar un ahorro en terminaciones o en materiales a la hora de construir, pero que esta búsqueda es difícil cuando se trata de la adquisición del terreno. “Existen valores por zona que marcan la tendencia, y también hay un rango de flotación entre distintas zonas, que permite al inversor o a quien quiera su vivienda buscar por zona y saber que eso es universal. Se puede obtener una mejora en la negociación de compra pero no incide en el total de la vivienda.” comenta Fulgueira.

Respecto al perfil de inversor, también varían las expectativas de ahorro, aunque esto se ha equilibrado el último tiempo. “Si es para vivienda generalmente el comprador no ahorra, busca eficiencia en materiales para optimizar recursos, pero no ahorra ya que eso significaría la posibilidad de resignar calidad de vida del futuro hogar. Quien construye para invertir sí busca ahorrar en algunas cosas, pero esto está cambiando últimamente porque la gente que compra viviendas está más exigente, y hace valer su dinero: prefiere viviendas mejor construidas donde se note la calidad y no aquellas en las que el ahorro sin planificación y mala ejecución se hace evidente.” señala el Vicepresidente de ECLOSA.

Ya sea que han vivido situaciones de inseguridad o porque buscan un entorno más abierto y menos restringido para los niños, quienes construyen en barrios cerrados apuestan a un nuevo estilo de vida. “Además de aquellos que construyen su vivienda permanente, también tenemos clientes que optan construir casas solo de fines de semana. Son dos mercados distintos; también están los inversores que buscan zonas que están en desarrollo” finaliza Fulgueira.

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