Por el Arq. Rolando H. Schere
La Ciudad es un organismo vivo: nace, crece, envejece en algunos sectores y debe ser reahabilitada, y hasta muere. Es el reflejo del conflicto de ideologías actuantes en cada momento.
Como un hojaldre, se va acomodando en capas, que se superponen y conviven.
En 1880, la fiebre amarilla provocó el corrimiento de los sectores más poderosos hacia el norte, y fue decayendo el sur: sus hoy áreas históricas, que fueron lumpenizándose.
Ese fenómeno es característico de los centros de otras ciudades latinoamericanas.
Buenos Aires, fijados sus límites, creció hacia arriba, se saturó, pero mantuvo constante su 3.000.000 de habitantes.
En 1956, el arquitecto Antonio Bonet, propuso la destrucción de sus áreas históricas mediante, el Plan del Barrio Sud, basado en la existencia de un sobre un gobierno dictatorial que podría disponer de las sus tierras mediante el Banco Hipotecario. Esta propuesta no se implementó y fue sustituida por una legislación de congelamiento de área, que en primera instancia la salvó de su destrucción.
Montevideo actuó sobre su área histórica a partir de la década del 60, rehabilitando edificios pero sin expulsar su población.
Por lo contrario, Salvador de Bahía actuó sobre Centro Históricos mediante un proceso de gentrificación: expulsando a su población original más pobre, combinado con transformaciones escenográficas de apoyo al turismo. Luego se arrepintió y tuvo que pensar lo contrario.
En Buenos Aires en los 90´s se buscó rehabilitar sus áreas históricas, Avenida de Mayo y San Telmo, ya heridas por el congelamiento, mediante la legislación de la APH, catalogando edificios, flexibilizando intervenciones, recuperando conventillos, como se había comenzado a hacerlo en La Boca.
Puerto Madero desarrolló un “área vacante”, pero de difícil integración con el resto de la ciudad. Quedó como modelo de ciudad del neoliberalismo, con tierras de alto valor y viviendas para sectores de altos recursos, muchas de ellas vacías y justificadas como inversión y reserva de valor.
Pero su “Espacio Público” siguió siéndolo y aportó las “visuales largas” a la Ciudad, aumentó sus áreas verdes, conservó la Costanera Sur. Pero no actuó el esperado “derrame” sobre el Centro.
Por lo contrario, Palermo Viejo se rehabilitó solo, sin necesidad de una normativa que lo sostuviera, se rehabilitó solo, y “derramó” sobre los barrios vecinos.
Los sectores de mayores recursos siguieron moviéndose hacia el Norte, huyendo de la ciudad tras el mito del “Barrio Privado, alejado, seguro y mío”.
Mientras tanto, el área Centro y Microcentro se desarrolló, expulsando paulatinamente a su población original y fue ocupando estos espacios por oficinas.
En el 2020 la pandemia global modificó los hábitos de las ciudades: El teletrabajo, en forma digital, expulsó a los habitantes del Centro, alejó a los empleados de la administración pública.
sumado a la ausencia del turismo internacional, vació sus calles, sus comercios, se llenó de edificios vacíos.
Surge hoy la propuesta presentada en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de estimular desde el Estado un “Plan de Recuperación del Centro porteño”, mediante la reconversión de esas oficinas vacantes en viviendas en alquiler accesibles a sectores de menores recursos económicos, en base a una normativa que estimule ese tipo de operaciones. El objetivo es que el Centro y Microcentro, con límites en un polígono que abarca buena parte de los Barrios de Montserrat, San Nicolás y parte de Retiro (Comuna 1) y un sector de La Recoleta (Comuna 2), se repueble, como ciudad abierta, y sosteniendo la convivencia del comercio Local.
Esta propuesta se contrapone con la recientemente aprobada por la misma Legislatura “Ley de Catastro”, que posibilita y estimula esa otra Ciudad: la de los inversores de gran porte, la de los “Barrios Cerrados”, la transformación del “Espacio Público” y la calle pública en “Espacio Privado” a partir de la urbanización de tierras como las Playas Ferroviarias, o “creando barreras propias” entre la Ciudad y el Río, en los predios de Costa Salguero, (escondidos bajo la denominación de “Distrito Joven” y recientemente rechazados por los vecinos), O la utilización de la costa pública por el traslado del “Nuevo Predio para el Tiro Federal”, ahora destinado a un nuevo emprendimiento Urbano o reflotando la ex Ciudad Deportiva de la Boca, privatizada y reconvertida primero en “Solares de Santa María” o la “Dubai Argentina” y ahora “Costa Urbana” y hoy otros negocios por nacer, destinados a los sectores de mayores recursos, vuelven del mito de la periferia y recapturan la Ciudad.
CV Arq. Rolando H. Schere
Arquitecto FADU-UBA 1969.
Miembro de los Colegios de Asesores y Jurados.
Fue Vicepresidente de la SCA.
Ganador de 40 premios en Concursos Nacionales de Arquitectura.
Premio Konex 2012, Artes Visuales, Arquitectura Quinquenio 2007-11
Autor del libro CONCURSOS 1825-2006, PrimerPremio VII Bienal de Arquitectura y Urbanismo,Medellín 2010.