Por Roberto Frangella, el arquitecto descalzo
Intuyo que deberíamos revisar la actitud solidaria, como la de alguien que posee un bien y lo acerca «generosamente» a quien carece de este. Más bien pensaría en una actitud de intercambio, un gesto de compartir. Pues si pensamos que todos somos iguales en valores esenciales, lo que hacemos cuando nos encontramos, es intercambiar esos valores de humanidad. Es sabido que recibe más el que primero da de sí, que el que recibe. Toda acción genera una devolución. Y también revisaría la idea de lo solidario circunscripto solo a bienes económicos o materiales. La dimensión de la existencia tiene enormes deseos de plenitud en los valores espirituales. Por eso es tan necesaria una actitud solidaria en la comunicación y el encuentro entre todos. Creo que la actitud solidaria mayor sería la de construir juntos una sociedad justa e igualitaria en oportunidades.
Esta actitud se basaría en el respeto, buscando siempre la unidad en la diversidad. Deberíamos ser conscientes de que la gesta creativa del universo nos impulsa seguir este mandato de creatividad. El planeta tierra, la vida, el amor, todo nos ha sido regalado, ¿por qué entonces no disfrutarlo compartiendo entre todos? Y privilegiando los sentimientos espirituales sobre los materiales, la actitud solidaria sería el sentimiento de fraternidad que nos permitiría abrir el corazón y extendernos en abrazo de esperanzas.
Croquiseros solidarios
Entiendo que los que tenemos la pasión por el dibujo y la hemos desarrollado haciendo fructificar este talento que se nos ha regalado, podemos tener una actitud solidaria el compartir este tesoro fraternalmente.
Esta actividad creativa de dibujar nos produce una alegría existencial que contagia e ilumina a nuestro alrededor. Creo que esta actitud ayuda a construir un mejor clima de convivencia. Es poner de alguna manera las energías en pos del bien común. Ya que un clima de alegría y creatividad ilusiona y le da horizontes de paz a la sociedad. Sigamos dibujando y compartiendo lo que hacemos porque es una manera de
entregarnos unos a otros.
Para mis amigos del COS.