Por Roberto Frangella, el arquitecto descalzo
(Escribe Pepo, chico de 11 años desde villa Escondida Conurbano Bonaerense)
Este domingo el Padre Franco de la capillita nos dijo que Jesus dejó un mandamiento nuevo: «Ámense unos a otros». Estas palabras me dan que pensar. Mi papá muchas veces antes de acostarse le da un beso a mi mamá, después de pasar todo el día en la Capital, subido a un andamio.
Mi mamá nos ama, pues se mata por nosotros y hace milagros para darnos de comer. En los pasillos, los muchachos de la droga se tirotean de día y de noche. En la salita del barrio por más que insisten en la muni. no consiguen que nos limpien los zanjones ni mejoren las calles. Algunas veces antes de cenar la sopa de la noche, veo en los noticieros tantos horrores que por más que pienso no me parece que haya amor. ¿Qué será amarse unos a otros?
También veo imágenes de la capital, donde trabaja mi papa y los edificios tienen muchos vidrios que llegan hasta las veredas. Aquí solo hay chapas y faltan las veredas. Mi papá dice que un montón de albañiles viajan allá para trabajar todo el día. Mi papá siempre le cuenta a mi mamá de los baños increíbles que él tiene que construir con canillas de agua fría y caliente. Sueña que algún día los tendremos en Villa Escondida. Ojalá que así sea y seamos más felices con las mismas oportunidades, unidos y en paz. El padre Franco también dijo que debemos construir los nuevos tiempos de la fraternidad, sin privilegios, sin opresiones y sin desigualdades.