El llamado de lo vernáculo

Por el Arq. y artista plástico Horacio Sardin

INTRODUCCIÓN DEL ARQ. Y ARTISTA ROBERTO FRANGELLA

Estamos en tiempos muy soberbios que pretenden «robotizar» todo y dejar al hombre y su sabiduría natural de lado con el supuesto «Tiempo libre que ganaremos «. Mentira pues será una forma mas de exclusion y esclavitud . Volver a estos comienzos sabios, apoyarnos en estas creencias tan humanas, nos devolverá el señorío sobre el planeta y no su destrucción. La nota nos deja esta preciosa reflexión que debemos seguir levantando como bandera sin cansancio reflejada en todo lo que hagamos, hasta nuestra respiración debe ser no por la nariz sino por el corazón comprometido con los otros. Toda nuestra creatividad al servicio, de un pensamiento comunitario, no perdamos  el tiempo, que vale la pena apostar a un cambio real ,y seguir apostando a que el hombre es el centro de la creación y sus sabias respuestas acumuladas en la historia valen mas que tanta tecnologia , despersonalizada y alienante, y  arma de dominacion y esclavitud.

Al hacer y pensar arquitectura nos sentimos atraídos por el potente influjo del espíritu de nuestro tiempo, lo contemporáneo, lo nuevo y visible en los medios, en la academia y en la ciudad. Accedemos con facilidad a conocer las importantes obras de arquitectos de cualquier lugar del mundo, mostrados en las revistas y en los medios digitales casi siempre de forma elogiosa, acrítica y descontextualiza. Estos proyectos irrumpen en nuestras vidas en cantidades inmensas. Estoy de acuerdo con lo que decía Jean François Revel, “a mayor información menor conocimiento”. En la actualidad es cada vez más difícil procesar semejante cantidad de imágenes en el proceso creativo. Esto deriva en obras y proyectos que remedan fragmentos de diversas arquitecturas, resultando los típicos Frankenstein. Muchas veces el brillo de la novedad nos impide ver otras fuentes de conocimiento, mas compenetradas con la región donde nos toca actuar, mas relacionadas con su cultura e historia, su clima, recursos y su realidad socioeconómica. La elección no es consciente y todo parece ser conducido por el autómata consumo de imágenes. La superficie es más importante que sustancia.

Kuláta jovái, tipología de las viviendas rurales del noreste argentino y Paraguay

Creo fundamental que cada arquitecto se forje su camino eligiendo sus fuentes de inspiración. Nos podemos sentir herederos de maestros tanto del pasado como del presente e inspirarnos en la naturaleza, en la filosofía, en el arte y entre otras, en las arquitecturas vernáculas. En lo personal, más allá de los maestros y vertientes con nombre y apellido, de los cuales me considero un humilde adepto, tomo lo vernáculo como fuente fundamental de inspiración. Estudiar estas arquitecturas populares, nos revelan una sabiduría empírica labrada secularmente. Las arquitecturas sin arquitectos, nos enseñan el adecuado empleo de los recursos disponibles para dar una respuesta optima a las condiciones climáticas locales, nos hablan de la vida de una sociedad, de sus costumbres y sus creencias, etc.

Yurtas mongolas

La escucha de las fuentes primigenias y arcaicas nos articula con el espíritu de un lugar y nos permite arribar a propuestas de arquitectura que se puedan enraizar en un sitio. No se trata de mímesis, sino de absorber las esencias de una arquitectura.

Por otro lado, estas arquitecturas vernáculas han generado poblaciones de una gran belleza, construidas en comunión con el medio natural. A partir de una serie de viajes por varios continentes, he visitado y estudiado muchas de estas arquitecturas y muchos de estos pueblos a los que la modernidad no ha llegado. Al recorrer, las estepas mongolas descubrimos las tradicionales yurtas de los pobladores nómadas, las tiendas negras en el desierto al norte de África, los pueblos de las islas de Mikonos y Santorini en el mar mediterráneo, las arquitecturas de tierra de marruecos, los singulares poblados de Matera y Alberobello en el sur de Italia, las insólitas cuevas habitadas de Capadocia en Turquía y las arquitecturas preparadas para la nieve en Shirakawa-go en los Alpes japoneses, entre otras. Cuando analizo algunas de estas maravillosas estructuras urbanas, pienso si no hubiese sido mejor que el urbanismo moderno no arribara a todas las regiones del mundo, imponiendo su influjo homogeneizante con sus fórmulas globales. El modelo de ciudad moderna ha destruido el fuerte vínculo que aquellas poblaciones mantenían con los paisajes naturales, esa manera de enraizarse en un territorio sin perder el diálogo con él.

Tal vez, un camino posible sea el empleo de toda nuestra creatividad para generar una arquitectura contemporánea (no folclórica), con la aplicación de tecnologías apropiadas, tanto tradicionales como nuevas, sumando toda la sabiduría de aquellas arquitecturas vernáculas. Es en lo que intento reflexionar y hacer cada vez que recibo un encargo. Descubrir y develar el espíritu oculto de cada sitio, la mística del lugar. El arquitecto debería ser un viajero que puede escuchar las voces de los paisajes, comprender su cultura, interpretar su espíritu, conocer su clima. Saber leer los códigos secretos y así poder articular su arquitectura en las distintas regiones.

Cuando ganamos el primer premio en el reciente concurso para Habitas Emergentes en la zona del noreste argentino, reinterpretamos la tipología Kuláta Jovái, de las viviendas rurales locales. Un espacio central, abierto en ambas caras como el alma de la vivienda, es refrescado por las brisas respondiendo sabiamente al riguroso clima local. A partir de allí, se adicionó un sobretecho de sombras para mejorar el confort ambiental en una zona de un calor extremo. Utilizamos cañas como materia prima del lugar, para generar una arquitectura que pueda ser autoconstruida por los habitantes locales sin necesidad de depender de ayuda externa. Ante la consigna inicial propuesta por el concurso de concebir viviendas para la emergencia, propusimos viviendas definitivas, por su calidad constructiva, su eficiencia energética y la utilización de recursos locales de bajo costo.

En las antípodas, en tierras mongolas, fue la misma actitud que guió el proceso de proyecto. El encargo de una torre en Ulán Bator, la capital más fría del mundo, nos planteó un nuevo desafío. En una ciudad construida principalmente con edificios exentos, vemos proliferar en los últimos años una infinidad de torres acristaladas. Estos edificios que siguen modelos de arquitectura internacional, consumen una energía descontrolada en un contexto de clima extremo. Al estudiar las yurtas, viviendas tradicionales  de las frías estepas locales, descubrimos su sabiduría. Una especie de carpa blanca, con una sola abertura lateral y otra en la cubierta y un cerramiento multicapa permitió durante siglos la vida de los pobladores mongoles. Adoptamos estas enseñanzas, al concebir una torre con anchos muros compuestos por varias capas que generan una óptima aislación térmica. En esa caja muraria las aberturas solo tienen las dimensiones necesarias para enmarcar el paisaje, evitando la pérdida del calor generado en el interior. De esta manera en los crudos y largos inviernos, solo es necesaria la mínima calefacción en el interior del edificio, resultando en un ahorro importante de energía. El valor, la belleza y la creatividad colectiva de las arquitecturas vernáculas que influenciaron a grandes arquitectos como Le Corbusier o Alvar Aalto, seguirán constituyendo una fuente de conocimiento e inspiración para todos aquellos que logren ver su enorme aporte, siempre vigente.

CV de Horacio Sardin
Arquitecto y artista plástico. Egresado de la Facultad de Arquitectura y urbanismo de Universidad de Buenos Aires, 1991. Matrícula CPAU 19565
En 2005 gana el concurso de Profesor Titular de Diseño Arquitectónico FADU UBA
Profesor Titular de Arquitectura Taller Vertical Roca-Sardin y de Teoría de la Arquitectura FADU UBA desde 2007.
Vocal de Comisión Directiva de la Sociedad Central de Arquitectos desde el año 2016
Miembro del Colegio de Asesores y Jurados de la Sociedad Central de Arquitectos
Miembro del Tribunal de Honor de la Sociedad Central de Arquitectos años 2010-2016
Presidente de la subcomisión de Medio Ambiente de la Sociedad Central de Arquitectos 2008-2010. Curador de la primera revista publicada en el país referida al tema de la sustentabilidad, Ser Sustentable, Revista SCA 233.
Consejero del Claustro de Profesores de la FADU- UBA, desde 2013
Autor de los siguientes libros:
– Homo Urbanicus-Homo Naturalis (ediciones Bisman&Robles), 2004, un manifiesto que enmarca sus preocupaciones sociales y medioambientales presentes en sus obras.
– Arquitectura y Libertad, Nuevos Territorios en la Enseñanza de la Arquitectura (Bisman Ediciones), 2008.
– Taller Roca-Sardin, 2009
Realizó muestras de arte individuales y colectivas en múltiples ámbitos: Museo Nacional de Bellas Artes, Palais de Glace, Centro Cultural Borges, Galeria Klemm, Centro Cultural Recoleta, Marq, SCA, Clásica y Moderna, CPAU, Usina de la Música, Royal Institute of British Architects de Londres y galerías de arte en Miami, entre otros.
Dictó múltiples conferencias en congresos, entidades y facultades de arquitectura. Publicó artículos de teoría arquitectónica en los principales medios especializados. Participó en programas de radio en relación a temas urbanos.
Participa como integrante activo en acciones solidarias y en el desarrollo de viviendas de interés social para pobladores carenciados: Proyecto Solidar; Cooperativa Semilla Urbana; Tachos Solidarios.

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