Por Roberto Frangella, el arquitecto descalzo
Escrita por Pedro (11 años ), amigo del conurbano: Hoy es domingo, la hora de la siesta. Mis papás duermen después de una semana trabajosa, ya que en esta Pandemia les cuesta mucho más conseguir changas para comprar los alimentos. Yo no duermo, me dan vueltas en la cabeza lo que dijo el cura en la capilla hoy. Por 15 días no tendremos celebraciones. El presidente pidió extremos cuidados. Estamos todos en la segunda ola. Una Pandemia como esta debemos enfrentarla sin discutir intereses individuales. Esto es pensar en el bienestar de todos por igual. El cura decía que esta Pandemia es la oportunidad para darnos cuenta de tantas diferencias y que si no tratamos de ponernos de acuerdo en beneficio de todos, seguiremos siendo un mundo injusto.
Aquí en el barrio, cuando las zanjas de la calle nos impiden caminar, los vecinos con carretillas de tierra y cascotes rellenamos las gritas que no nos dejan circular. Es así de fácil, poniendo cada uno un poco, salimos del pantano por el bien de todos. El cura dice que tenemos que sentirnos todos hermanos, ser farternos, ser patriotas y querer a la argentina para todos. Así mis papás no penarían por changas, mi barrio no tendría zanjas y estaríamos en paz, construyendo el bien común, unidos en la diversidad.
