Desde el suburbio: Otro año

Por Roberto Frangella, el arquitecto descalzo

Un año nuevo poco significa en el suburbio, tierra de resignación y supervivencia. Panorama desolador, sin nuevos horizontes. ¿Llegará el agua, la cloaca, la escuela, la sala de primeros auxilios? Es tanto que tal vez no llegue nada. Si hay alguna mejora en una vivienda, la contrapone la precariedad de la que recién comienza. El rebrote de la Pandemia tampoco impacta. Aquí, donde todo es muy poco, una pena más no llama la atención. Ya no son las familias venidas del interior de la patria buscando el bienestar, sino que son sus nietos o bisnietos, jóvenes descreídos de la lucha para salir adelante con dignidad, frente a tanta adversidad que los excluye.

Ese alto porcentaje de pobreza es muchas veces la impotencia de vislumbrar una salida. Pero lo que no se pierde en el suburbio es la actitud de las mujeres, las madres luchadoras, que tienen esperanza de un año mejor, un año en el que sus hijos puedan alimentarse, no pasar frío, estudiar y ser ellos la promesa de igualdad que anida en sus corazones. Yo tampoco pierdo la esperanza que todos nos sintamos iguales y así busquemos el bien común. La justicia social y sobre todo la fraternidad. Que no haya ciudad y suburbio, que el habitat sea el mismo para todes y, sobre todo, que esta convicción se construya en el interior de nuestros corazones para soñar con un año NUEVO.

1 pensamiento en “Desde el suburbio: Otro año”

  1. Bello, arq. Frangella y esperanzador… si , como decia la madre Teresa , las mujeres fuimos diseñadas para dar vida , y luchamos por mejorarla , cada minuto…Un año nuevo mejor…

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