Ya es conocido mundialmente que la madera, ese material que el hombre ha empleado para construir su hábitat desde el inicio de su historia, es hoy uno de los materiales de construcción con más innovación y es considerado como una eficiente alternativa frente a las nuevas necesidades ambientales que enfrenta el mundo. Una clara muestra de esto es la “carrera” que a comenzado en varios países del mudo y que buscan conquistar las alturas construyendo edificios en madera.
¿Por qué la madera?
La madera es un material renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye a la mitigación del cambio climático y del calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación. Debido a su capacidad aislante superior a cualquier material de uso tradicional en el país, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, en un contexto energético deficitario.
De hecho, la foresto-industria es una cadena de valor que tiene un efecto multiplicador desde la semilla, la plantación, resina y todos sus derivados, manejo forestal, cosecha de rollos, destino de rollos finos para celulosa y papel y de rollos para madera aserrable, aprovechamiento de desperdicio como chip y viruta para generación de energía renovable, maderas y molduras con destino para la construcción y viviendas con madera y muebles, entre otros usos.
Asimismo, diversos estudios internacionales demuestran que un metro cuadrado de área construida en un edificio con estructura de acero genera 40 kg de CO2 a la atmósfera y consume 143 KW / h de energía. Similar es el caso de una estructura de hormigón, que registra 27 kg de CO2 y 80 KW / h de energía por metro cuadrado. En cambio, si la estructura es de madera, un metro cuadrado de superficie plantea 4 kg de CO2 y solo 22 KW / h de energía. Es decir, por cada metro cuadrado construido con estructuras de madera, se reducen las emisiones de CO2 hasta en una décima, en comparación con los sistemas tradicionales de construcción. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de un edificio de madera son un 74% más bajas que las construidas con estructuras de acero y hasta un 69% más bajas que las construidas en concreto.
Argentina cuenta hoy con un patrimonio de 1,3 millones de ha de plantaciones forestales, principalmente de pino, eucalipto y salicáceas. Más del 40% de estas plantaciones se encuentran certificadas por sellos de gestión sostenibles y proveen de materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen a plantas de celulosa y papel, tableros y más de 2.700 PyMES, generando empleo directo a 100.000 personas. El sector puede aumentar sus exportaciones y reducir el déficit comercial. A través de la plataforma ForestAR2030 se espera alcanzar para dicho año las 2.000.000 de hectáreas. Claramente esto habla del gran desarrollo y potencial de toda la cadena foresto industrial.
Para arriba, hasta tocar el cielo
Hoy se registra una sana competencia por enarbolar el récord de liderar con el edificio de madera más alto del mundo. Son muchos los países que juegan en la carrera, con ejemplos claros ya inaugurados y otras que prometen asombrar a las comunidades en los que se insertan. Pero esta tendencia que parece ser algo novedoso en realidad no lo es tanto, en el pasado de nuestra historia es posible ver ejemplos de construcciones de gran altura.
“La mítica Pagoda de Madera de Yingxian es la única pagoda budista, la más antigua y grande en el mundo que fue construida totalmente de madera en 1056 durante la Dinastía Liao (916-1125 d.C). Con sus 72 m de altura y sus 900 años, no tiene nada que envidiar a las actuales construcciones” explica el Arquitecto Diego García Pezzano, responsable del Dpto de Arquitectura de CADAMDA – La Cámara de la Madera.
De hecho, son cada vez más notorios los proyectos de rascacielos y edificios que tienen a la madera como elemento fundamental de construcción (ver ejemplos en el mundo). “Nuestro país tiene una extensa industria que produce piezas de madera laminada encolada desde hace más de 60 años. Si bien aún no contamos con el “novedoso” sistema CLT (Madera Laminada Cruzada o Cross Laminated Timber –por sus siglas en inglés), los materiales y tecnologías locales tienen la capacidad sobrante de proveer lo necesario para construir edificios en altura. Quizás falte aún para llegar a los 84 metros de los noruegos o a los 300 metros del proyecto japonés; pero pensar en edificios de planta baja y 3 o 4 pisos de altura es totalmente posible y contamos con los materiales, tecnologías y capacidad para poder llevarlos adelante exitosamente. Quizás la barrera más importante a vencer es la cultural y lo que a normativas se refiere, pero que con la aparición de reglamentos, como el CIRSOC 601, en los últimos años estas barreras empiezan a levantarse” sostiene Pezzano.
En el caso específico de la construcción con madera, la Argentina cuenta con un gran potencial para colaborar en la reducción del déficit habitacional debido a su velocidad de respuesta, la capacidad disponible del recurso forestal y el procesamiento industrial, que permite dinamizar el empleo y las economías regionales, agregando valor a la materia prima proveniente de bosques cultivados como también por los claros beneficios ambientales, económicos y constructivos de los sistemas utilizados. “En nuestro país van asomando algunos ejemplos de edificios que se animan a sobrepasar la planta baja. Esperamos que esto escale rápidamente, en altura y en capacidad de producción para movilizar a toda la cadena” afirma el arquitecto. “Si tomamos el caso de Chile, vemos que ya han desarrollado con tecnología propia, un edificio experimental de 24 m de altura. En Uruguay, con tecnología importada, el CLT, y madera local ya han construidos hoteles de planta baja y dos pisos. Es un proceso que comenzó y se expandirá rápidamente en todo el continente”.
EJEMPLOS EN EL MUNDO
ESPAÑA: el edificio WittyWood será el primero del mercado que se construirá íntegramente con madera como elemento estructural. Tendrá un diseño que intentará recrear un ambiente de trabajo natural y albergará un concepto profesional en forma de comunidad global enfocada a las necesidades individuales en el espacio de trabajo. El edificio constará de 4.100 m2 construidos que se distribuirán en 4 plantas y que se repartirán entre 2.600 m2 destinados a oficinas y 1.500 m2 habilitados para usos complementarios, y se distinguirá por generar muy poco impacto medioambiental.
NORUEGA: se está construyendo el que será, por el momento, el edificio de madera más alto del mundo. El Mjøstårnet tendrá 18 pisos y llegará a los 80 metros de altura. Se ubica en un pequeño pueblo cercano a Oslo, la ciudad capital, incluirá departamentos y oficinas, un hotel, piscina cubierta, restaurante y áreas comunes.
ESTADOS UNIDOS: el fabuloso T3 creado por el famoso arquitecto Michael Green es un edificio de oficinas en la ciudad de Minneapolis. Su nombre significa ‘Timber, Technology, Transit’ y tiene una superficie de 224.000 pies cuadrados de oficinas más espacio comercial. Utiliza componentes de madera para techos, pisos, columnas, vigas y muebles. Como resultado de la estructura de madera, T3 se construyó en menos de 10 semanas.
HOLANDA: está en desarrollo la obra del que será el edificio de madera más alto del país, con 21 pisos proyectados destinados principalmente a viviendas. Será una torre residencial de 73 metros de alto junto al río Amstel. Se estima que más de tres millones de kilos de dióxido de carbono serán almacenados en las piezas laminadas del edificio.
AUSTRALIA: en la ciudad de Brisbane, se erige el edificio con estructura de madera más grande del país. “25 King” tiene 45 metros de altura que se reparten en 10 pisos de oficinas.
CANADÁ: con 18 pisos (53 metros), Brock Commons Tallwood House es uno de los más famosos del mundo. Está ubicado en el Campus de la Universidad de British Columbia (Vancouver, Canadá) y funciona como residencia de estudiantes. Brock Commons sirve de vivienda para 404 alumnos, en apartamentos con cuatro dormitorios y estudios individuales con baño y cocina. Se construyó sólo en 66 días y se estima que la madera utilizada para su construcción almacena unas 1.753 toneladas de CO2, evitando además la emisión de 679 toneladas de gases efecto invernadero.
OTROS EJEMPLOS: Proyectos piloto destacados que demuestran que los edificios altos pueden ser construidos con madera incluyen el Stadthaus en Londres, Reino Unido (8 pisos); el Forte en Melbourne, Australia (10 pisos, de los cuales 9 están construidos con madera); el Centro de Innovación y Diseño de Madera en Prince George, Canadá (7 plantas); la calle Treet en Bergen, Noruega (14 pisos); y nuevos proyectos y obras que surgen en forma permanente en todas partes del mundo. A esto podemos sumarle que en Inglaterra y Japón ya hay proyectos para construir en 2050 edificios de 250 y 300m de altura respectivamente.